sábado, 26 de diciembre de 2009

Llegar a abrazos.



I
Dudo entre domar, dominar, domesticarte, viejo sabor amargo.
Me inquieta.
Ese gusto me invade, cuando evoco una época en que canté sentimientos que creí nobles.
Hoy me saben a ingenuos. Ingenuidad, ternura. Recuerdo haberlo hecho canción.
¡Hacer canción un sabor! Canción que se hizo vieja, por escrita en tardía adolescencia. Ella me llega, como la imagen de una sensación con olor a humedad.
Olor, sabor tan rancio que solo sale con la lavandina. Barre, cadenciosamente lo que supo ser engañosa infinitud. Un “para siempre fingido”. Todos lo sabíamos hasta que, vencidos, decidimos desgranarnos y hacer un hoy, como si nada hubiese pasado. Pero me pasó, al menos a mí. Ella, la “vieja amiga soledad”.
Entre los viejos papeles debe estar su letra, de canción olvidada. Estará por allí, entre los papeles sobrevivientes si no los quemó el fuego de la estupidez, aquella tarde llorosa de 1979, creo. En esa oportunidad se hizo toda hoguera, todo un ritual. Intento de ritual, para desarraigar tanta mala leche que sabía a amargura. Hoy se me ocurre ingenuidad, ternura impotente.
Por eso de estar tan arto, sin saberme dueño del hartazgo de lo que viene de tan lejos. No querer diferenciar, ser indiferente y renacer. Si, te lo digo: haber mandado todo al carajo, aun dulcemente. Aunque intente negarlo por dulce dolor, aunque sepa de eso de anidar dicha.
Estar maduro… ¿Maduro? ¿Qué madura? ¿Qué es lo maduro?
Sabiduría inalcanzable. No me niego a resignarme a gozarla en el intento.
II
Invocar. ¡Los fantasmas! Ellos marcan los límites de tanto temor. “¡Mejor el temor antes que el miedo, que el pánico!” Como latiguillo sonso. El temor da cuenta de las vicisitudes de las religiones y a veces sirve para lavar las sucias culpas…
Sentir temor, implica cuidado. ¿De uno mismo? ¿Del otro? ¿Cuidarnos del otro?
Miedo y pánico, destruye y pisotea cualquier posibilidad de proyección.
Se acuñó el “temer a los dioses” para domar, dominar, domesticar la capacidad de servidumbre, no por voluntad edificante, sino para el salvarse individual y egoísta. Cobardía en esencia pura. Me cago en el temor sin valentía.
Hoy no soy valiente, o no me la creo así. Es apenas caerme la ficha, entender que son mías las consecuencias de aquellos desatinos, tan personales que hicieron desencuentros y divorcios. Tantos como tantos son los caminos que no volverán a cruzarse, a enredarse en mi vida.
Los dejé por otros senderos construidos y por construir, con el prerrequisito asumido del hacer para sentirme incluido y construir  lo colectivo, para poder asumir lo nuestro y reconocer lo mío como aporte, como donación de ternura y prepararme para recibirla. ¡Como un abrazo! Pero un abrazo fuerte, no falluto. Un abrazo sentido.
III
Aprendí a abrazar francamente (o sea de frente, sincero) hace poco. Es fácil al principio, pero embarazoso a los pocos segundos. En cada abrazo, uno comienza a comprometerse a sostenerlo con sinceridad, a compartir la calidez de lo humano, lo que hace a lo humano y te hace humano.
Sin este compromiso, es un ritual hipócrita. No se pueden percibir los olores de las flores que te conmueven e invitar a compartirlo. Hoy no me sirve que lo pueda hacer solo.
Llegar a abrazos es una caricia al alma, a través de la calidez de una cabeza reposada en mi hombro, y de tu pecho palpitante ante el mío. O tal vez al revés, yo en el tuyo. O tal vez los dos a la vez, soñando el mismo sueño.
Tal vez en un suspiro, logremos sintetizar toda una vida buscando este encuentro. 

miércoles, 16 de diciembre de 2009

sobre decires y por qué escritos.

Sobre los libros, los dichos y los decires.

Los libros son decires escritos, según Platón, dijo, y son para fijar en el papel los decires ajenos "es decir no es sólo una de las cosas que el hombre hace, sino la única que hace. El decir es lo único que se hace con intención de permanecer, y lo poco que hace, más allá del acto. El querer y el pensar son actos, pero a veces se dicen por el poeta y el indiscreto, pasando así a decires. El acta de lo único que el hombre hace es el decir. El libro es palacio o choza de los decires escritos; ante él el hombre se sorprende de lo que hizo".
(Extracto de Camilo José Cela - 10/1/1974 en el periódico "La Vanguardia Española")

viernes, 13 de noviembre de 2009

por si resignación.


Suena que suena armoniosa una desdicha,
buscando el trasfondo tenue,
de un duende que la haga brisa.

Tanto como para diluirse en una mirada,
lograr sin ruido hacerse caricia,
que sea capaz de consolar.

La necesidad de alivio sin ruido,
diluyendo el frente de tormenta
disipando el fuego del tormento.

Una paloma blanca muy blanca,
sobrevolando el espacio de mi esperanza,
haciendo con cada aleteo universos.

Usando en fervor  el puñado de polvo cósmico,
Que rescató de cuando chocaron los planetas,
cuando sin anunciarse se nos fue de estrella
aquel pretendido sol.

Pálida bengala, casi de venganza en un pretérito desatino 
de ruidos silenciados en su carne.

Se fue de tumba y llevó con él, llevó con ella
acogiendo un perfume y una canción de cuna.

Su presencia.

Se llevo caricias y mimos, dejando circunstancias forzadas,
para que hicieran recuerdos en las almas,
logrando en parte el propósito de una espera vana.

No me resigno, no pretendo resignarme.
... pero, por si resignación, quemo la nave.



martes, 27 de octubre de 2009

Pucha que pasaron los días...!!

Un cuento en el atardecer de octubre (o buscando a Chichin).

Pasaron varios días. Como que me pasaron también muchas cosas... Mejor, una sola. Días intensos de mismidad... Meterme dentro mío para poder responder y responderme. ¡Como pude! Tal vez demasiada lágrima. Llanto, pero no letanía. Eso era antes, allá casi varios años de a diez.

Recuperar recuerdos, remembranzas que relegué. Alguna vez lo hice, parcialmente con algunos aspectos de vida; de mi vida en mi niñez, pero como que siempre me ha faltado la mirada sentida en general, aquella que englobara "toda" mi vida. Sin recortar y sin desperdicio,que me hiciera sentir que valía la pena haberla vivido.

La clave estaría, esta en mi relación con mis hijos y en qué sería capaz yo de hacer para estar, para acompañarlos en su crecimiento, paradójicamente empujando mi propio crecimiento.

Los fueguitos en la infancia mía, esas fogatitas con ramas secas de eucaliptos para ensayar juegos de siesta. Primaveras y veranos con insistentes chicharras que alborotaban el día, la pileta del recreo de la obra social cerca. Grande, todo muy grande en mi recuerdo y pequeño en el último encuentro e intento pro recuperar la sensación linda, agradable que viví de niño. Creo que la pude percibir y guardar en mi interior, pero en ese momento no le pude dar sentido. Estoy intentando ahora que se me viene la aurora.

Me gustaría hoy ir con mi amor y mostrarle esos lugares en donde en el tiempo tejí y dibujé paraísos y vivencias ¡qué fueron buenas! ¡fueron buenas y lo recuerdo!, pero ¿que pasó que todo fue luego teñido por el dolor y la tristeza?

Buscando a Chichín, el negrito divino amigo del alma e hijo de la gran puta que me verdugueaba pero que lo quería pues estaba siempre allí, para jugar, para joder. Con él aprendí el sabor de piñas bien dadas... También de juegos...

Fueguitos. Ramitas secas. Crepitar y ese olorcito que perfumaba tanta de naturaleza digna de ser vivida. Juegos de tesoros escondidos y de mapas de dignidad vivida. Juegos en compañía, solitarios; las invenciones y la manufactura incentivadora de la creatividad. Pero pronto la vergüenza. El agobio de la violencia y la agresión. No saber responder. El no poder sacar no se que cosa de adentro por temor a desequilibrar el universo. Cosas de chicos...

La fogata de todo eso,
que consuma en un para siempre
permanentemente pensamientos
que alimentan la vertiente
sin descanso
sin vertigo
la apacible conciliación con tu mirada.

Que ya no persigue
que ya no quema
que solo sirve para
fundirnos en un abrazo de pibes
y llorar sonriendo, Chichín,
por un encuentro de tanto tiempo.

lunes, 28 de septiembre de 2009

Aleyali - Convivencia, Cañón del Atuel. (II)

Decía en (I) que me encontré o mejor, me reencontré con "una gran tristeza" y que le puse ese nombre a lo que sentí impotente  en mi. 

¿La consigna de la convivencia? Como dije fue "¿Por qué no puedo?"...

Pero antes debo contar que la experiencia en el Cañón del Atuel (en San Rafael, Mendoza) se trató de una convivencia como cierre por un lado, y principio por el otro de una etapa, que inicié hace un año en Aleyalí, pero que tiene la impronta de haber estado reclamada de toda la vida. 

Aleyalí es un espacio que se me ha hecho de pertenencia, al aceptar la propuesta de Alejandra y Alicia por encontrar a través de la educación por el movimiento, la posibilidad de encontrar y reencontrar en mí mismo, la expresión de mi energía vital para continuar armando mi proyecto de vida.

En la experiencia que he venido realizando, se han movido muchos aspectos que siento hoy se encontraban rigidizados y me hacían sufrir...

Sufrir. No se si sabe o se da cuenta a que me refiero. 

Para mí, es ese sentimiento en donde el alma parece estar siento pinchada por espinas, que calan a veces hondo y en la punta pueden tener de vez en cuando algún veneno que irrita y lastima más. La historia es poder generar a través del reencuentro con uno mismo, momentáneo y fugaz a veces y por lo general con base en sentimiento de amor, un antídoto para continuar el trabajo con uno mismo... 

Se me ocurre que éste es el principal y verdadero "trabajo" genuino que un y/o una puede hacer en la vida. El resto es accesorio.

Lo más honesto sería (o es) entonces trabajar sobre uno mismo; sobre lo que le jode o lastima, pues por correlación, va a terminar jodiendo a los demás. 

Por más que nos lo propongamos, si vivimos no lo hacemos solos aunque aspiremos a una estúpida y egoísta soledad.

¡Y trabajar con/sobre uno mismo es doloroso, carajo!

Durante la convivencia me enfrenté a mi mismo. Comencé a enfrentarme a mi mismo en serio. Yo solito, ahí; tratando de...

El final fue un desgarro. El que siempre supe estaba allí y no salía. Salió en un llanto que parecía una pregunta larga, muy larga. 

Tuvo no se si una respuesta, pero sí una contención, la de mis compañeros que me dejaron fluir, para que la expresara con toda la intensidad que era posible, con la que podía.

Gracias es poco, nada. 

Se que a ellos no le interesa el después, pero si que esté allí, creciendo y compartiendo, dejando fluir y ganándole a la rigidez. 

Voy a releer y sigo después....

miércoles, 23 de septiembre de 2009

Aleyali - Convivencia, Cañón del Atuel. (I)

El jueves 10 de septiembre comenzamos la convivencia.
La consigna general: "¿Por qué no puedo?".
El movimiento me esperaba y me entregué.
Al promediar el trabajo de media mañana me invadió esa sensación, la que persistió en distintos momentos de la convivencia.
La sentí latir, despertándose. Parecía haber estado allí desde siempre.
Desde el momento en que fue convocada, la conjunción del ritmo, la melodía y la letra de un tema me urgió en una danza a abrir los brazos, a dirigir mi cabeza hacia atrás mientras giraba leve y espaciosamente.
Me sentí  en el borde de una cumbre, remontando con mi aliento en un suspiro un barrilete, recostándome en el espacio en su regazo.
Haciendo un movimiento que por lo general no hago, que me aproximó a la sensación de vértigo, de pánico... ¡comencé a sentir su presencia!
"La de siempre", diría más tarde. Reconociéndola, diría más tarde, mientras le sobaba la mejilla.
Comencé a llorar. Por primera vez. Traté de calmarme. De reprimir las ganas, la necesidad de rendirle tributo.
Al tratar de contestar la pregunta: "¿Por que no puedo?", le pude poner nombre a mi impotencia: ...una gran tristeza....
La sigo después....

lunes, 21 de septiembre de 2009

Era así, nomás (sisisi, pero quequeque)...

Desde días atrás me empeciné en reencontrarme con personas que hace unos veintipico de años atrás estuvieron en mi vida. Atravesándola, influenciándola, alentándola. Bien. Logro poner todo afuera.

Veamos: ¿de que me hago cargo? ¿De haberme propuesto sobrevivir al desatino, como aquella luciérnaga a la que me referiré próximamente y que fue protagonista de un texto de aquella época? El reencuentro virtual trajo al menos un breve intercambio de palabras, también virtuales... Vacías, bah!. Como un tímido y tartamudo sisisi, pero quequeque... Eso sí: sonaban a palabras de cortesía.

Silencio luego (¿descortesía solapada?)

Me acerque pensando (¿deseando?) que sería bueno el hallazgo de un camino posible de comunicación. Algo que siempre tuvimos delante de nuestras narices, inasible: la no tan leve condición de ser de cada uno, para asumirla con todas las letras y significaciones.

Pero las palabras no me han alcanzado. O lo peor: no han sido dichas después de veinte días del intento. Tan trágica la vida, como un melodrama (dicen que decía, mientras lloraba, la cucaracha).

¡Ni la escusa de un encuentro sentido para alimentar apenas con un vinito!Tanta ansiedad acumulada al sorbete por un pretendido encuentro-nuevo-desencuentro. Apenas un sisisi, pero quequeque. que dió bronca al principio.

Recuerdo que comenzó con la imagen primera, encontrada de pedo en Internet, que me trajo los rasgos que recordaba pero que allí se plasmaban más jugados. Luego se transformó en un hada que volaba en un aire de irrealidad.

Creo que el hada siempre vivió en una irrealidad y no la supo compartir conmigo... o es que, crudamente, la irrealidad no la quise asumir porque la realidad era más soporífera y ... Digo, no más para entender y no escorcho más: el hada y su actitud me sugiere-amenaza samarreando una varita donde parece marcar que hasta aquí está la línea de la confianza. Y me atrapa por unos días de agonía del sisisi, pero quequeque...

Llega invocado al rato el otro: las canas le pintaron la sabiola, pero no los rasgos de siempre. Esa sonrisa que no se me olvido: tal cual. Pero nonono, gracias. No necesito que me atiendas en tu consultorio, bebé. ¡Ah! ¿era para solo vernos allí al mediodía porque no tenes tiempo? Mira vos. No gracias: a tu consultorio no voy. Todavía no estoy tan colifato y me sigo preguntando hasta el día de hoy, cual fue la fascinaciónque en mi carencia de ayer vi en tí.

Pero todo esto quedó atrás y estúpidamente pretendo sin darme cuenta revivirlo y me está empezando a hacer mal. Como si fuese esencia de la impotencia pura. ¿...tiene que quedar atrás? Me parece que me queda un duelo pendiente por resolver y asumir. Ellos y ellas ya no están en mi vida y a pesar de ello he sobrevivido hasta hoy. Ellos y ellas no me han buscado, no me han necesitado. Tal vez yo sí, para exorcizarlos...

Sisisi pero... quequeque lo parió. Es que todo eso y aquello... no me ha sido indiferente.

martes, 8 de septiembre de 2009

Sobre las viudas de los jueves...

..."Yo veo al Primer Mundo como un gran country. El Primer Mundo está atrincherado, tiene sus propias leyes, pero la gran mayoría del mundo es una gran villa. Entonces es muy horroroso. También tiene que ver con el miedo: uno se atrinchera por miedo y piensa que por atrincherarse va a estar a salvo de eso, pero el Tercer Mundo está tocando las puertas de ese conutry. Y se le va a venir encima. Esta película es como una metáfora del mundo, si ves al Primer Mundo como un gran country, con sus barreras, sus propias leyes y su apariencia de bienestar pero con una desconexión con el total. Uno no puede vivir ajeno a la totalidad del universo"... (del reportaje en Página 12, 8/9/09 a Ernesto Alterio, actor en la película "Las viudas de los jueves" de Marcelo Piñeyro por Oscar Ranzani)



Me pareció destacable esta apreciación de la realidad que nos toca vivir  en esta época, tan proclive a invisibilizar lo significativo...

lunes, 7 de septiembre de 2009

Al fin.

Pienso que existo y se me nubla la vista ante lo que me rodea...

Se me aclara cuando me encuentro con tu mirada, con tus ojos que me ven al fin.

lunes, 31 de agosto de 2009

hoy es un día de esos...

I

se va agosto.

quemando papeles

en los que jeroglíficos

dibujaron muecas de complacencia.





se ahonda en mi pecho,

¿dolor?

me hundo en un recuerdo,

¿gozo?

te ahogas en el olvido,

¿merecido?





hecha melodía

rueda y anhela no detenerse.





rodar, viajar sin que sea fuga,

apenas mirada;

dejar atrás la melancolía

haciendo alegorías

de una caricia.





II





lo virtual tiene como límite la estupidez de quien lo habita...





III





No te preocupes ni te alarmes... Es solo una emoción que pasó a través de mi.



miércoles, 26 de agosto de 2009

Enramada.

Y veré como un torbellino
Suave, lento, pero profundo;
brisa que no refresca,
solo seca la humedad de la espera.
Tal vez sea ese el problema
quizas...
No se trata de espera.
Cadencias, carencias,
las primaveras confusas de lágrimas
que otro lloró sin lograr el consuelo;
acunando en alternativas alentadoras de sosiego.
Refugios.
Con un quiño cómplice y fundamental;
salvan que presentía
esa inocencia perturbadora.
Cielos.
Azules alientos de rocío
abriendo los brazos me siento;
busco alrededor y encuentro
tu cuerpo,
que me prodiga el sendero.
Llego.
Remanso de tu amor
y me entrego,
siendo el provocador de tu aliento agitado.
Cómplices al fin,
de darnos tanto y prometernos sin palabras.
Darnos más,
sin necesidad de asegurar
cuanto, donde, como, hasta cuando.
Lo nuestro,
va dejando día a día de ser nuestro,
pues va tejiendo la trama que nos contiene y da vida.
Tan vital, como la necesidad del sueño.
Puede que sea el dueño
De eso real:
es mi deseo que me construye,
siendo tu mi universo.

De los malos tratos...

Este libro lo escribí sobre la base del estudio de los malos tratos en la niñez, a partir de una investigación que realizara con el objeto de relacionar la problemática con las posibilidades concretas de su abordaje y su tratamiento, considerando que trasciende la dinámica familiar para transformarse en problema social. 




El trabajo de campo lo realicé en una institución no gubernamental (ONG), la que aportó, a través de su trabajo cotidiano, una metodología de tratamiento posible del maltrato infantil, desde un enfoque ecológico de la condición humana, brindando acogimiento a grupos de hermanos que fueron internados por haberlo dispuesto organismos del Estado, por ser considerados víctimas de violencia, abuso y/o negligencia en sus grupos familiares, hallándose en riesgo su salud física y emocional.


Con este trabajo me propuse promover una reflexión que motivara la búsqueda de alternativas de tratamiento que trasciendan al círculo de la familia maltratante y no la marginen ni la excluyan socialmente. Por el contrario, que la integren en forma central y protagónica.




El problema de la violencia familiar, que victimiza a quienes son más vulnerables, surge en y de un contexto social, cultural, económico y político que compromete directamente nuestra capacidad para constituirnos en una sociedad mejor y más humanizante, que necesariamente deberá ser para sobrevivir y superarse, cada vez (y por qué no al fin) más genuinamente solidaria y cooperativa.


La obra de Pablo Picasso, La vida, que ilustra la portada, fue realizada en 1903 y forma parte de la llamada época azul. En dicho período el alma de Picasso es conmovida, entre otras cosas, por la realidad que le muestran los marginados y desamparados de la sociedad, a los que pinta con pinceladas de esperanza, sin desdeñar la presencia en soledad e incomunicación social que representan por la indiferencia.


Con este libro, en fin, pretendí y pretendo conmover al lector como lo fui yo, en el doloroso camino de develar, descifrar y sistematizar la experiencia de comprender los sentimientos que se traducen en la mirada de un niño, de una niña, de un adolescente que ha recibido, de los malos tratos, la crueldad de una época azul innecesaria y que es nuestra responsabilidad ayudar a transformar y superar. 





Quien lo haya leído, me agradaría su comentario o crítica.

miércoles, 19 de agosto de 2009

La verdad...

La verdad es lo único que tenemos... a la mentira la tenemos que fabricar y, lo más engorroso, rendirle tributo como si fuera un dios.

Yo.

... ansiedad.

La ansiedad vuelca. Cada tanto se deposita y luego vuela. Se apodera del escenario donde actúan las cómodas certidumbres, agitándolas en luces de colores.

Te despiertan. Repiten el ritual.Ya es tarde para remediar algo de lo que se ha perdido. De últimas, por eso y por temor a eso surge la ansiedad, la vivencia. La evidencia. A lo sumo, intentando inmolar lo poco resucitable.

Duele y chasquea en la sopa. ¡Esa es la certeza de la imagen que devuelve!.

Principio de la vida y luego viene el espejo que todo lo devuelve: mi sombra y mis sueños se reflejan tardíamente.

Pronto me he corrido de un lugar tan obvio, pero vuelven para que los realice y surja así mi capacidad de ternura.

Añorado. Tal vez sea cuestión de que dibuje en las entrañas un itinerario serpenteante, para que quede fijo a pesar del pronto desvanecimiento, como labios besados por ese leve suspiro con el que espabila el amanecer.

En ese momento justo, de encuentro, si logro captarlo una vez más, la ansiedad se hace luz y los sonidos infinito universo, tan presente como para soportar una mirada más.

lunes, 17 de agosto de 2009

La duda...

-... a nosotros nos genera dudas. -Lo dijo en el momento justo en que masticaba, mordiendo la palabra. Cada una de las palabras.

Los demás, mirándose apenas de reojo, pues se habían avisado de que algo extraño ocurriría, pudieron tan solo apretar más los dientes, apenas para despedazar más lo que vanamente intentaban comer... Bah!,¡ comer!. Como si fuese tan facil comer en esas circunstancias.

- Quiero que cada uno piense muy bien lo que va a decir... lo que va a responder. No nos podemos dar el lujo que crezca, que sea aún mayor...

-... pero ... que vamos a poder nosotros, que apenas nos acabamos de enterar de que...- un fuerte golpe en la mesa, hizo que se estremeciera todo lo que en ella estaba apoyado...

- ¡es suficiente con que yo lo diga! - mirándolos uno por uno, con furia. Todos tenían la certeza que contradecirlo podía llegar a ser el fin tan temido. Solo ella podía llegar a expresar algo...

Y lo hizo sin miedo, sin timidez. Estaba acostumbrada a manejarse en situaciones adversas. En esas en que la vida es más que un abrir y cerrar oportunidades. Pero no lo quizo provocar más de lo necesario...

- ... viejo, no creas que vamos a perder... una vez más. No tengo dudas que saldrá como lo hemos anhelado desde siempre...

Interrumpiéndola, pero sin violencia: -... no me interesa que no dudes, ni si eso me ayuda a que no lo haga yo... Es eso... ¿viste? ... ¿sentis?... - queda expectante, como escuchando el silencio que todos contribuyeron a generar... hasta que cayendo al suelo, un vaso estalla en pedazos...

domingo, 16 de agosto de 2009

Un domingo largo... ojos.

Estar dispuesto es una actitud plena de voluntad, de necesidad por tranformar en acción un acto con rasgo de deseo. Un deseo que no nos averguence. Ayer fui a ver "el secreto de sus ojos". Había transcurrido mucho tiempo desde que me interesó una película argentina. Por lo general no me agradan, principalmente por la tendencia principalmente de los actores hombres a sobreactuar. Me harté de verlos simular sentimientos e ideologías. Uno que me asombró: Franchela. Debo reconocer buena actuación, aunque el resto de lo que haga es una basofia. Realmente considero un desperdicio las porquerías que se ve obligado a representar para sobrevivir.

La película "el secreto..." me agradó mucho. Una situación muy bien llevada por su director. Todos los personajes bien encarnados. Muy buena la forma que es presentado el transcurso del tiempo en el maquillaje y la forma de sobre-llevarlo. Varios ojos hicieron primer plano y todos pudieron expresar el estupor y la ternura de los '70, atravesados por la violencia que se nos metió en la vida casi sin darnos cuenta. La escena cuando se reencuentran con el hijo de puta, justo detrás de Isabelita es patético, emblemático.

Me dió la sensación de ver con mis propios ojos un fantasma, colado en la foto que antes no había advertido. Un fantasma que nos iba a golpear y lastimar; que nos iba a mostrar la cara de la impunidad que, oh sorpresa!: parece no tener pupilas. Solo un globo ocular blanco, de profunda agonía a la que se condena también el carcelero por voluntad propia. El secreto ... es que no es solo una herida la que fue abierta por la dictadura: fue una dimensión de lo posible, que es desafío deconstruir y construir.

jueves, 13 de agosto de 2009

Diferencia - diferencias.

"Somos todos diferentes pero una vez que entendemos nuestras diferencias, empezamos a ver las similitudes"
de Kiar Tatum.

Palabra.

Encontre una perla de Osvaldo Bayer, escribió:

"...a través de la palabra es posible desnudar la banalidad de lo perverso, la pornografía de las armas y la obsenidad del privilegio".

miércoles, 12 de agosto de 2009

Sueños borgeanos...

Parque Avellaneda, 22 de octubre de 2000

Alguna vez en charla con amigos largue la cuestión extraña y confusa de lo virtual, respecto la definición de “sueño borgiano”.

Invoqué la cuestión en un momento de infortunio, con fallido etílico incluido, al pretender justificar quizá el sentido de un universo indescifrable y de un hastío cuya metáfora no encontraba su mejor perfil.

Desde entonces emprendí un arduo estudio para justificar mis dichos y aseveraciones, pues no es bueno dejar ante los amigos cuestiones sin clarificar.

Ellos suelen recurrir a la cargada sutil por nuestros descuidos. Dicen que por sana diversión, pero lo real es que hasta Dolina ha hecho allí el templo para dejar el tributo del sarcasmo con el que solemos imperdonar los deslices en que caemos, motivados por infelices y desafortunados artilugios intelectuales, máxime cuando dichos actos son de dominio casi público.

En ese trabajo aun me encuentro.

No obstante, pergueñé y parí no sin dolor (no me preguntes por qué lugar. –¡que lo tiró!, otro trema para la cargada!) esto que sigue. Cualquiera puede interpretar como justificación lo que desee. Dense permiso. Puede ser todo lo que se les ocurra.

Todo en merito y propósito de rendir tributo a la coherencia, a la unidad de sentido y a la sabiduría de los zaguanes. Ellos saben de murmullos, de silencios, de caricias, de secretos, de promesas. Ellos saben, en definitiva, de lealtades y traiciones.

Pueden también hacer con ello lo que quieran, menos serle indiferente... y recuerden: siempre, sin dejar de darse permisos.

Apología para un sueño borgiano

[iniciado el 18/3 y terminado 22/10/00]

Un aprendiz preguntó a su maestro

por un saber que este sabía inasible;

pero el oficio le obligaba a callar, insensible

pues su objetivo era generar inquietudes.

Entonces,

le quedaban dos caminos al aprendiz:

quedarse en el confort

que da la ignorancia sobre ciertos asuntos

refugiada en la doctrina del saber dado;

el de los caminos floridos dentro de jardines de encanto,

donde el canto es entonado sin necesidad

de pentagramas que agiten el espanto como sal de la vida,

o,

entregarse a la incertidumbre

de construir siempre a pesar de los fantasmas,

aquellos fantasmas que ofrecen materiales, a veces

materiales falsos que degluten y transforman tus sueños.

Pero eso sí:

sería dueño y creador de su propia sabiduría

para conjurar, eludir y a veces evitar al fin los accidentes,

entregándose cada día de su vida

a un sueño borgiano, sin desconfiar de su destino, pues de suyo

“cesan los sueños

cuando sabemos que soñamos” (afterglow).

y me encuentro en tus ojos, no estoy solo.

Quiero decir,

son bellos los encuentros cuando

uno se ha dado cita para comenzar

lo que se ha anhelado y algunas veces postergado.

Si logramos una relativa certeza,

el tiempo transcurrido halla siempre

en las miradas de los otros una dubitativa promesa,

no dicha pero sentida,

aun con claroscuros y hasta por ahí colores

elegidos de los arco-iris esculpidos en tu alma, las almas

se me ocurre un “sueño borgeano” más,

para no olvidarnos de la esperanza.

martes, 11 de agosto de 2009

Siempre luz.

Siempre mirando para adentro, como aguardando que surja el duende para atraparlo.

El oráculo suele decir mentiras, engañar para disfrazar su sabiduría, dando por cierto y veraces sus dichos, confundiendo la dicha sin tapujos por cobardía. Es a veces capaz de arrastrar, sin sentir remordimientos, a una corte de condenados a la mediocridad y confundirlos en una alegre agonía.

Tal eterna sangría embriaga la conciencia. La desvanece y ofrece como un producto en un mercado insensible, saturado de materialidad y necesidad. El deseo ¿esta allí encerrado?

Siempre mirando para adentro, como aguardando la próxima oportunidad tras una derrota.

No se sabe egoísta, ni impedido de declarar formalmente que puede ser un hombre libre: es dulce la condena que ata y acalla los significados y ni siquiera genera los intentos por descifrarlos.

Apenas un estúpido crucigrama encierra en su interior la clave de los clavos que fijaron la luz.