lunes, 1 de febrero de 2016

Cosas extrañas...

Vienen pasando cosas extrañas en Buenos Aires, Argentina. Casi alegremente una mayoría, la mitad de su ciudadanía en condiciones de decidir sobre el futuro, abrió la puerta de un suicidio colectivo que poco a poco parecería querer realizarse.
Despidos de trabajadores, aumentos desaforados de precios, promesas electorales que paradógicamente anunciaban estas y otras calamidades, se están concretando. Como si muchos no hubiesen creido que se podía llegar a pasar que, por ejemplo, creciera en menos de dos meses la deuda externa argentina que parecía ser un hecho de dificil concreción. Nadie de ese 51%, creyó también llegaría a darse como realidad que los mismos políticos, empresarios, empresas multinacionales que llevaron a la debacle del 2001, hoy estarían gobernando y haciendo las mismas cosas que, irremediablemente, producirán las mismas consecuencias: recesión, exclusión, estallido social, represión y muerte.
Hay otra mitad de esa misma población, un 49% que sabía que esto iba a pasar. Me incluyo allí. Siento dolor. No nos merecemos ni nos mereceremos lo que se viene. Se romperá el tejido social y quedaremos muchos excluídos. Algunos, tal vez muertos.
Todo esto, para que un 1% de los argentinos que trabajan para las multinacionales, nos esclavicen, depreden la patria y nos ahogen con esta nueva forma de exclavitud que esta propalando la derecha neoliberal y se radia hacia todo el continente latinoamericano...