lunes, 1 de octubre de 2012

Intensivo onírico.


(relato)

Con actuada e indiferente naturalidad, Carmen se aproxima a las bestias, acariciándolas. ¡Tan nerviosa!, sueña que sueña y no percibe en su actitud provocación alguna. Va posando sus manos graciosa y delicadamente, libando en su interior sensaciones desordenadas de lujuria.
Se abre a lo profundo del placer y se arrebata de excitación a pesar del miedo, del pánico. Miedo y pánico que la sacuden de ese andar patético de diosa, de diva por el que sus admiradores engolan su nombre, cuando la invocan.  Porque a ella no la llaman, la invocan.  No la aman, la adoran. Pero no siente nada. Solo que cada tanto se ahoga.
Vuelve a extender sus brazos entre la bruma, buscando a tientas. Las bestias fascinadas, acompañan sus gestos con danzas. Resoplan algunos, mueven otros sus cuerpos, sus miembros. Expectantes. Aguardan la prometida desnudez que se demora.
Carmen duda. Da un leve traspié y duda. Despertar del sueño. Disimula. Un paso de baile apenas insinuado, se hace luego huida  Las bestias van desvaneciéndose del sueño y la rodean, en el ultimo intento. Insisten en la ronda de jugar el juego de siempre.
Majestuosa, hecha una reina, Carmen se escapa. Al fin vuelve a regocijarse en el espacio-refugio de sus pesadillas,  en lo que fue, lo que podría haber sido, en lo que no sabía que era.
Comprueba al fin que las columnas que sostuvieron los techos de su templo, resisten. Que las nubes que cubrían la decadencia desatada, resisten. Que los arbustos y árboles que ya no dan frutos, resisten.
Todos dan cobijo a las golondrinas de su pensamiento, con el que sigue buscando si la vida ya fue o si está latente, y dice: te aguardo vida mía, sigo burlando a la muerte.

martes, 11 de septiembre de 2012

Miradores (un relato).


La caminata por el sendero hasta el mirador fue larga y complicada. Hacer el camino atravesando tanta naturaleza y resistiendo romper su entretejido, tenía su precio, su desafío. No pude evitar que mis pasos hicieran crujir hojas y ramas caídas, que junto con la humedad de rocíos atrasados formaron una argamasa que se pegaba en la suela de las zapatillas. Al rato mis piernas me pesaban más de la cuenta.
Recuerdo que en un descanso de la caminata, me senté sorbe un tronco caído y con una ramita me fui quitando el peso del barro de mis pies. Con desgano comprendí que no me servía alimentar con lágrimas algo parecido a la desazón, al desamparo. No me salía. Se quedaban atoradas, haciéndose impulso para seguir avanzando.
Mi mirada se pierde en la espesura. Siento que no voy a llegar. Me faltaba la ventana a través de la cual hice la larga convalecencia, con mi necesidad de entender las claves. Mis estúpidas claves.
Siempre me atormentó entender. Mejor: no entender algo. Trataba de entenderlo todo, pero terminé siempre abrazando la angustia de no entender nada. Lo fallido.
¿Lo fallido sobre el infinito donde se diluyen los “encantos de la vida”? ¿Sobre lo fallido? ¿Escribir sobre lo fallido? Una risotada retumba en los rincones de mi mente para trascender sus límites. “¿Será solo locura?” me preguntaba luego de haber intentado moverme, mientras lo blanco dominaba a mis espaldas, buscando el silencio de mi cajita mágica de palabras, hurgando para rescatar una sola que sirviera de escalón y puente.
Pero sí, llegaron allí al fin. De nada sirvieron las puertas fantasmas, engañosas, con las que procuré distraer sus urgencias. Me atropelló el miedo infinito de instantes licuosos, que derramaron sorbe mi la postración. Postergación. “¡¡¡Detengan todo, que no puedo…!!!” Decía. Y me atropelló arrojándome a un desgano tortuoso, cautivo.
Pero no. Primero fue postergación. “Preciso tu ensueño” me dijo, “yo que me abraces” le dije.
Y me pasó por arriba la vida. Arrojándome al vacío trastabillando contigo en un te quiero. Quedé mirando, como dije y me di cuenta, a través de la ventana. Te ibas quedando a mi lado. “Sos un paranoico de mierda, claro que te quiero”, y me postré para no dejar huellas.
Los pájaros cantan en derredor mio, agradablemente. Me aceptan como un habitante más en el transito por su bosque. Se iba haciendo un poco mío también en un sentido de propiedad colectiva.
El paisaje contiene aromas profundos, agradables como murmullos que mueven cosas buenas. Que uno puede contener en uno mismo. Se agitan hasta aquellas que uno ni sabe que tiene.
Me encuentro mirando desde el mirador natural y oculto en la espesura. No más ventanas. Contemplo la vieja casa que, al pie del cerro, se había borrado de mi memoria. La voy reconstruyendo dentro de mí con los retazos que dentro de mío reconocen perfumes, aromas de infancia y adolescencia arrebatadora, presuntuosa. Fue en sueño, pero ahora está allí.
Me viene al alma que salí de aquel cuarto blanco, a través de la ventana-mirada volando como pájaro. Ejercicio de mover mis manos, mis brazos, mis piernas en mi mente-alma, creando puertas engañosas. ¡Je!, nadie podía encontrarme cuando abría una. Yo no estaba allí, apenas dejaba un murmullo.
Voy bajando ahora senderos verdaderos que me marcan el camino de un descenso. Descanso del crujir de hojas y ramas. Voy apartando con mis brazos sin lastimar matorrales cautivos de caricias y raspones, heridas de peaje al sentimiento.
“Usted ya puede caminar. Tiene que poner fuerza de voluntad. Nada más”.
Amar es el verbo, boludo. Esa es la acción.
Pero la voz retumba levemente ahora en mi cabeza, mientras me aproximo a los fondos de la casa, ya en la base del cerro, puerta que se abre al verdadero mirador.
Ya no doy tumbos, ni voy a tientas. Entro a la casa por el fondo. Sé que debo ir hacia el frente, a la verdadera ventana-mirador como lo imaginé. Las habitaciones se van mostrando a mi paso pero no me detengo más que para ir rozando apenas las puertas entreabiertas. Me dejo abrazar por el leve calor de los rayos del sol que entra por las ventanas.
No me detengo hasta que llego a la puerta de entrada. Al lado de la puerta, un luminoso ventanal, a pesar de las cortinas transparentes. Abro sus hojas de para en par. La brisa me envuelve. Una brisa cálidamente fresca, de mar. Con aroma duro, salitroso, de tierra-monte-mar mojado conmueve mi necesidad de ser conmovido.
Abro la puerta y desde el portal veo la última cadena de cerros, pelados. Sin arbustos. Destellos de verde-amarronados que dormitan en la orilla de un borde hecho azul, de mar. Se me ofrece un horizonte del que no me interesa saber. A los sumo que sepa de mi.
Pero una mano monstruosa hizo dos líneas negras paralelas que atraviesan de punta a punta el paisaje, montadas en un terraplén artificial. Había vuelto quien me había abandonado, dejando ese límite que me desespera. No te quiero en mi alma, no quiero que la estrujas, la lapides, ni la arrastres más.
Cuando el sol se oculte, todo se irá desdibujando y quedaré atrapado otra vez. Lo se, porque no habrá luna llena que ilumine.
Quedaré a oscuras frente a mi rubicón, si no tomo la decisión de cruzarlo, de avanzar más allá. Antes de que pase el próximo monstruo de las seis de la tarde. No quiero ya desandar pasos, desatando nudos humedecidos por lágrimas. Quiero que sea inevitable reír luego de soledad.


Trabajo realizado en el Taller de Escritura del Prof. Adrián Cabral, teniendo como disparador la obra del pintor Edward Hopper -  título: Colinas, South Truro, 1930 – Hills, South Truro – Óleo sobre lienzo 69,5 x 109,5


domingo, 12 de agosto de 2012

Descripciones en elipsis (con Sosabravo)

Sarcasmo,
de anillos concéntricos que, gamados, lograron 
disuadir a la manada de sombras crueles,
reflejadas en el rictus de la desrisa-risa.
Carnal,
hábito de perseguir la propia sombra, embriagado y lujurioso,
con puertas entreabiertas que, en fuga de vuelos,
clavan las carnes cuadriculadas de cierta codicia empecinada.










Retablo,
en ostentación de besar vuelo-cielos, en el contorno de un descenso feroz,
confuso, donde lo real de pájaros terrestres estupefactos,
con trayectos de trenes desbocados de ríos, de silencios, confunden.
Esquinar,
por llegar tarde sabiendo andar, andar; traquetear, traquetear;
flotar, flotar; volar, volar, en alegorías de alas de dragones vomitadores,
recogiendo en la travesía, gotas de agua derramadas desde la brisa.






Sosegado
final de cometa en el lugar, sobre mi cabeza,
entretejiendo el sombrero de arco iris y del gris de la pasión,
te miré fijamente sin verte, apenas reconociéndome en tu profundidad.














martes, 31 de julio de 2012

...Tizón...


Mi mejor homenaje es continuar trabajando mi escritura. Tu lucesita me alumbra en la búsqueda.

Gracias Tizón...

martes, 3 de julio de 2012

olvidos.



          …es esa puerta
del último tejado,
del último suspiro,
que desgarra, chirría, desgrana
empena y desnuda.
…son redondas letanías,
que graznan
que giran,
que gritan,
como en noches de cuervo
trayendo el pavor nocturno.
…es el peor,
hecho de la infancia
de la incertidumbre incierta del ahogo
de calor,
de sudor,
de temblor ante el grito
que se agita entre sábanas,
que se agiganta
con vestibularios quebrados,
con agonías,
con sofocones de sueños,
con melancolías.
…son orgías feroces,
dueñas de lunas y gotas de rocío,
esparcidas y mojando, límites de cuerpos
crispados,
dañados,
hablando en silencio, anhelos
sin nombre de catedrales ni de ciudades.
sin de ese tiempo, recuerdos
ahora
como excusa del extraordinario descenso
que no se nos atrevió, el virtual miedo
a registros
de los abusos, con trajes de muerte.

viernes, 22 de junio de 2012

Pueblo paraguayo o, sangra latinoamérica


Queda tronando el reclamo del pueblo!!
en las esquinas, en los rincones
de la patria latinoamericana
...hasta que los presentes de sus líderes genuinos
que no sepan del cambio de pelaje,
que tan solo sepan de eso de llevar
las banderas del reclamo
hasta la victoria y el cambio social…
sean dignos.

Digo:
quedarán tronando los reclamos del pueblo,
hecho de escarmientos,
cimientos de la buena vida,
de cimientes de pueblos nacidos
quinientos años atrás,
pero originarios en eso de la libertad.
……………………………………………

domingo, 27 de mayo de 2012

alondra...


Acero en pasión 
la pérdida 
en cruel desnudez.
Delirio en misterio
la revolución
en apenas mañana.

Absurdo en alondras
la bendición
en patético amanecer.



sábado, 19 de mayo de 2012

espinasllamas


susurran brisas vencidos tus brazos,
resistiendo desiertos espacio de miedo.
prisión lejana remanso de manos
del volar de mi llanto desde el poeta.
Miro vacía su espuma
el sonido entró
paloma, nube, esperanza.
no espinas
sí llamas.

jueves, 26 de abril de 2012

...duele.

...duele mucho 
desamparo de todos, 


...arroja ignorancia y egoismo 
del "no poder" 
...arroba 
en el de "no saber"...


...estado bueno alucinado 
que no perdió el control ni la batalla. 


Todos los días una herida colectiva...
en la memoria colectiva
pretendiendo olvidos.


No olvides...!

sábado, 24 de marzo de 2012

a la distancia llega

(de Laura Escande)
Te acompaño desde el alma
en la pena
mirada clara.

Un pensamiento bueno.


miércoles, 14 de marzo de 2012

esbozos



Cuerpos juntos, sin palabra. Mirada,
alguna vez
               ojos, 
                     hilvanando 
                                    contornos.
No querer, dejarse llevar. Objetivo sin intención.
Mandato. Expectante, yo.
Voluntad,
            apropiación,
                             usurpación.
Mandato despótico, malsano, oscuro,
                                                        color verde-marronado con azules pequeños.
Despliegue. Plumas alas,
ni sabe ni sirve. Acaricia, consuela...

Levantan brazos en cruz, pies. Aproximan,
tocar dedos. Manos, pies,
                                  acercan bocas,
toman distancias profanas.
No excusa ni libera. Esboza contorno...

viernes, 2 de marzo de 2012

isla fue.

Creí estar habitando una isla.
        
          Ella me habitaba a mi.


Siento que voy dejando de ser ese náufrago,
         que salvó alguna vez su vida.
         Lo veo a través de la bruma.


No lamentarlo más...


Respirar,
llenar los pulmones del alma
con lo más preciado:


          tu presencia que me conmueve,
como siempre,
          a la vida...