Suena que suena armoniosa una desdicha
buscando el trasfondo tenue
de un duende que la haga brisa .
Tanto como para diluirse en una mirada ,
lograr sin ruido hacerse caricia ,
que sea capaz de consolar .
La necesidad de alivio sin ruido ,
diluyendo el frente de tormenta
disipando el fuego del tormento .
Una paloma blanca muy blanca ,
sobrevolando el espacio de mi esperanza ,
haciendo con cada aleteo universos .
Usando en fervor el puñado de polvo cósmico,
Que rescató de cuando chocaron los planetas,
cuando sin anunciarse se nos fue de estrella
aquel pretendido sol .
Pálida bengala, casi de venganza en un pretérito desatino
de ruidos silenciados en su carne.
Se fue de tumba y llevó con él, llevó con ella
acogiendo un perfume y una canción de cuna .
Su presencia.
Se llevo caricias y mimos, dejando circunstancias forzadas ,
para que hicieran recuerdos en las almas,
logrando en parte el propósito de una espera vana.
No me resigno, no pretendo resignarme.
... pero, por si resignación, quemo la nave.