martes, 31 de diciembre de 2024

Tierra...

Que descuido el mío. Hace tiempo me desgrano. Pierdo consistencia y como en lágrimas se diluye mi memoria.

Vago recuerdo de formas y sustancias se apoyaban en mí, como caricias y elementos penetrantes en gozo de existencia.

Pienso lo que puedo concebir y creo recuerdos de deseos.

Me reparto en restos de piedras, cuyo destino parecen ser el sentido de granos de arena, embebidos en el color del tiempo.

Un color raro que cambia su tonalidad, su brillo en galimatías que sorprende gratamente y entretiene mi soledad.

La lucidez alcanza una que otra certidumbre, aun en el engaño y sin pena. Algo se ha roto.

Amalgama perfilada en víctima y testigo de cómo se apagó el fuego y se escapó el agua, jugando a las escondidas en amaneceres como besos húmedos de rocío. Me agradan esos recuerdos.

Soy marca planetaria en universo de mirada indiferente. Se socorren estrellas pequeñas de tan lejanas. Pero no engañarse. Son inmensas.

Estallan en colores como de alegría. Brillan sobre manto oscuro dando vida en sus formas e intuyo allí mi destino.

El aire cósmico resopla y acaricia mis mejillas en un adiós que me hace pervivir, aun con mi núcleo apagado que hasta en un ayer me hizo girar en tierra enamorada.

No ser que fuimos. Convertidos por el pensamiento hacedor en sustancia. Ser un somos de ecos virtuosos, rebeldes y dichosos, abarcando la sombra por el solo hecho de estar en la idea.

miércoles, 17 de julio de 2024

decía y escribía ayer... digo y escribo hoy


No tengo idea de si alguien visita mi blog, este acto con el que me propuse manifestar lo que dentro mío patalea muchas veces, otras acuna adormilado algún deseo, alguna ensoñación. 

Todo eso esta dentro mío, como decía. Una necesidad de conexión en esta era de la estupidez. como supo decir Carlo Cipolla en "Tercera Ley Fundamental (ley de oro) de la Estupidez": Una persona estúpida es una persona que causa un daño a otra persona o grupo de personas sin obtener , al mismo tiempo, un provecho para sí, o incluso obteniendo un perjuicio".

Me atraviesa hoy la Era de la Estupidez y de la Ignorancia supina y funcional. La tendencia de la sociedad tanto argentina como global es adoptar la identidad de la ignorancia, como modo de eludir el acto de asumir la responsabilidad por el estado calamitoso que nos está llevando a la extinción.

Y si. Me siento un agorero. Un tipejo que te escupe la comida de mierda a la que te has acostumbrado y crees manjar. Comemos basura y alimentamos nuestro cerebro con basura, proveniente de una corriente que hoy se identifica como neoliberal, anarco-capitalista, libertaria, etc. Ponele el nombre que quieras. El hecho es que están destruidos los lazos sociales y comunitarios formales e institucionales, que hacían de amalgama para mantenernos unidos.

Hoy pesa el individualismo, la ilusión del éxito y la esperanza de zafar sacándote un gran premio que te asegure un ilusorio porvenir.

El exitismo es un mal endémico, tipo pandemia que nos va carcomiendo y transformando en zombis. Gritamos hasta perder la voz goles que hacen jugadores millonarios, cuyos patrones representan instituciones que hacen cualquier cosa menos deporte. ¿Mafia tal vez, como decía el Diego? Solo vale gritar como desaforados un gol, un punto en una victoria, de hasta 5 millones de cooptados que los reciban como gladiadores que masacraron al enemigo.

Los gladiadores pretorianos son otros y están en otro lado. Armados en forma letal. Investidos de impunidad y prepotencia. Entrenados como asesinos y psicópatas. Listos a recibir la orden para reprimir, masacrar, encarcelar a cualquiera que se de cuenta de la treta, del engaño. Nos están robando todo.